lunes, 9 de abril de 2007

El violinista que pasó desapercibido



Odio el acordeón. Sí, nunca pensé que lo diría, pero lo odio. Me parece un instrumento feo, un sonido que rara vez me ha hecho sonreír y en incontables ocasiones, me ha hecho recordar donde vivo. Hoy llegaba a mis oídos (vía Alsina, Carlos) el experimento realizado por el Washington Post y la respuesta a la pregunta de "¿Sabe la gente valorar el arte, independientemente del entorno?".

Consiste en lo siguiente: Viernes, 12 de enero. Metro de Washington. Hora punta. Uno de los mejores violinistas-según entendidos-, Josh(ua) Bell, saca su Stradivarius de 1713 y empieza a tocar. De 1.097 personas que pasan junto a él en 43 minutos, sólo 27 le dieron dinero, recaudando unos 32 dólares. Bell, "camuflado" con vaqueros, camiseta y gorra, toca y sólo alguna persona consigue reconocerle.



Lo paradójico, es que tres días antes, había llenado el Boston Symphony Hall por unos 100 euros la butaca...da que pensar...

Vía: El País, ADN, Washington Post.
Foto: AP (vía El País)

8 comentarios:

May dijo...

Dios, qué fuerte me parece.

La gente es que es gilipollas...

Aunque también hay que pensar, que quienes pagaron 100 dólares por ver a una persona tocando un violín, no creo que sean del tipo de personas que viaje en metro "mezclándose con la plebe", así que eso da que pensar en por qué pocos le recocieron.

¿Por qué odias el acordeón?

♪ Pajaritos por aquí, pajaritos por allá, la colita remover.. chin, chin, chin, chin [¿chin chin affelou?]..
Loving u,
May.

P.D. .. y volaráááás .. ♪

Purpurina dijo...

La verdad es que hay gente para todo.

Bonito blog ;)

Purpurina dijo...

Amor... un arma de doble filo ya se sabe.

Encantada de conocerte xD

Anónimo dijo...

Es que eso que cuentas es como una tontería que yo digo a menudo "es que es lo mismo pero no es lo mismo".

Pilar V.O. dijo...

Se llama "asociación de valor" en ciencias sociales y "externalidad" en economía. Significa, por una parte que estamos educados (y casi programados), para asociar inmadiatamente un concepto, lugar, estilo, etc etc a un estado mental y social diferente. es lo que pasa con las marcas y, en esta corriente snob del arte en la que estamos inmersos, con los abonos de temporada de los grandes teatros. De igual modo, pensamos que quien toca en el metro es un donnadie (si no estaría en el Carnegie hall y no allí) y que quien toca en el Palacio Real ha de ser bueno sí o sí aunque realmente no lo sea.
Sin embargo, el mayor problema es que la gente no escucha y, por tanto, no reconoce el arte y lo bello aunque lo tenga delante.
Un beso, cariño

Anónimo dijo...

estoy de acuerdo con Pilar, nos movemos por iconos, por tendencias, de forma mecánica, asociando las aptitudes de las personas o la calidad de las cosas, al aspecto externo, al medio, al contexto, sin mirar adentro, oyendo sin escuchar, viendo sin observar...

en la calle donde trabajo habitualmente hay gente cantando o tocando instrumentos, los hay a veces realmente buenos, pero claro! quién se da cuenta de eso...?

un beso.

Rachelse dijo...

Pili te busco. Javiercito a ver si contacta con ella por favor rachelmiss@gmail.com, con contacte conmigo.
Piliiiiiiiiiiiiii.

Rachelse dijo...

La verdad que a mi me encanta la m�sica y no hay ning�n estilo que me desagrade. Cada estilo tiene su momento. Hace tiempo que yo estuve inmersa en la m�sica, aunque todos tenemos un momento en la vida en la que nos toca tocar un instrumento o aprendemos algo de m�sica, en el colegio. Yo en cambio, estuve en conservatorio y tocaba el viol�n pero prefer� seguir estudiando a la m�sica, pero todav�a lo tengo y puedo incorporarme.

Un Besito a todos.