Regalitos Promocionales

La historia llama la atención por lo inusual…un tipo chileno, trabajador del mundo del marketing…decide enviar cartas a 100 empresas de todos los sectores pidiendo…atención…REGALOS PROMOCIONALES…Lo destacable de su iniciativa es el exámen auténtico al que sometió, sin previo aviso, a las grandes marcas. Una radiografía descarada de cómo funcionan sus departamentos de marketing o relaciones públicas cuando se trata de quedar bien con una minoría. En este caso, los bancos fueron los peor evaluados, ya que pese a sus slogans de cercanía, compromiso y apoyo, ninguno ha contestado la carta aún.

En las misivas pide lo que sea: bolígrafos…gorras…llaveros o cualquier regalo que le quieran enviar. A cambio…él afirma ser un consumidor potencial, tremendamente satisfecho con los productos o servicios cada empresa le ofrece.

Y la respuesta…

Varias entradas de cine…paquetes de pañales de diferentes marcas...decenas de bolígrafos y llaveros…tazas…un delantal…una jarra térmica…una gorra…vales de comida rápida…una toalla…una baraja de cartas…camisetas y hasta un YO-YO…TODO…absolutamente todo…PARA COMPLACER a un tipo que firmaba las cartas como UN CONSUMIDOR ENTUSIASTA.

17 de las 100 empresas…decidieron contestarle…ninguna de ellas, por cierto, se planteó que este tipo fuera un caradura…o si así lo hicieron…no se lo hicieron saber.

Y es que aunque ustedes no lo sepan…las empresas del mundo de la publicidad y el marketing…agradecen LA FIDELIDAD DE SUS CLIENTES como nada en el mundo…

Porque aunque en muchas ocasiones nos sintamos indefensos ante las grandes compañías…nadie olvida aquella frase…que reconoce que es el cliente…quien siempre lleva la razón.

Canción del Verano (III): Gloria Trevi

Creo que ya tengo la que sin duda será la canción de lo que resta del verano, y también, parte del invierno. Tiene su tiempo, y ha ido entrando en los pubs que conozco muy poco a poco, pero dará qué hablar. En el último garito que la escuché, Scape en la Plaza de Chueca, un bonito antro para tijeritas muy acogedor, eso sí, todas las chicas y chicos bailaban y se sabían la canción de Gloria Trevi. Trevi es grande.

Señales Suburbanas

Con borrachera de agua y drogado de soledad en un piso vacío que sólo revoca un minicalippo
de naranja, hoy vienen a esta letras las últimas señales que me envía el suburbano madrileño.

En mi iPod, "Perdido en mi habitación". 00.30. Durante mi trayecto, hacia casa, una chica de unos 18 años, morena, falda blanca, larga y ancha con estampado floral muy discreto, entra mascando chicle. Con la desfachatez propia de su edad, se sienta mirando a la cara a quien se sienta delante. Yo. Un tipo con cara de cansado, que porta una mochila de piscina entre sus piernas, como cubriéndose. Ella sigue mascando chicle.
Presa de su inseguridad, piensa el chico de enfrente, se pone a toquetear el móvil, aún en ausencia de cobertura. Se baja una parada antes de entrar de salir yo. Su lugar, ahora lo ocupan una pareja de chicos, que nada más sentarse se pelean por ver quien pone encima los pies del otro. Curioso acto de cariño que anteriormente, meses antes, el chico que se sienta enfrente, yo, repetía con un amigo con el único interés de provocar y hacer sentir incómodos a algún ancian@ y ver cómo se auto-obliga a seguir evitar la mirada mientras resopla. Ellos ahora lo hacen con naturalidad, les sale, ninguna maldad ni ganas de que la gente "les mire".

Mientras, con estas dos señales, me paro a analizar y me doy cuenta de dos cosas:
La primera, que si pareces enfadado durante los transportes en metro, la cara de enfado te hace menos vulnerable y por tanto, más seguro.
La segunda, que cuando viajo en metro debo analizar las señales que éste me manda.
Como la seguridad -verdadera o falsa- de la chica que masca chicle, y el amor conyugal de estos dos chicos.
A la salida, paradójicamente, un tipo con una camiseta que pone "BRISTOL-ENGLAND". Bristol, ciudad a la que llegan todos los aviones que quieran ir a EXETER, ciudad de acogida-erasmus el próximo septiembre. Curiosas señales.