lunes, 12 de noviembre de 2007

La vajilla de Mary

Recordáis aquella señora que conocí camino a Plymouth que se dedicaba a dar placer? Cuanto mal pensado...me refiero a aquella que trabajaba en una fábrica de bastoncillos de orejas.

El caso es que la semana pasada me llegó un email de ella -no preguntéis como ni porqué- invitándome a comer a su casa y compartir la tarde con ella y su marido. Como sabéis el why not -no me refiero a ese antro en Chueca- está a la orden del día en la vida de un erasmus en Inglaterra, por lo que a las 12, con la puntualidad que me caracteriza, me presenté en el lugar. Para la ocasión, preparé algunas muffins de chocolate (con lo poco que me gusta) y de caramelo, con una receta que encontré en un cubo de basura hace unas semanas.

Allí me percaté que lo curiosa que me resultó esta señora en el autobus no era ni la milésima parte de lo que iba a conocerla. Su marido, que también trabajó con ella en la fábrica de bastoncillos, le hizo un regalo mucho antes de casarse, cuando apenas llevaban dos años de novios. Era una verdadera obra de arte-que el mismo había creado en un taller de alfarería en el que hacía horas extras-, pero sobre todo significaba el inicio de un periodo de lo más bonito y que aún hoy día sigue. Os sorprenderá que estuvimos hablando de ello alrededor de unos 40 minutos, hasta que la comida estuvo lista.


Él, mientras ella iba a la cocina me contaba la ilusión que había puesto en este regalo, lo importante que para él le resultaba que ella aceptara el regalo. Ella, cuando él fue a por algo de queso para hacer apetito, se acercó a mi oido y me confesó lo ilusionada que estaba por ser el primero de los regalos "en común" que iban a tener a partir de ahora:

- A veces, incluso hoy tras tanto tiempo juntos, reconozco que sigo pareciéndole algo desconcertante. Pero en el fondo sé que el me sigue queriendo como el día en que me regaló este presente.


Nada, sólo quería hacer esta entrada para enseñaros lo bonita que era y el significado que ambos habían construído en torno a algo tan simple y a la vez tan bello por lo que implica. Que hay quien hace entradas alrededor de un vaso de cerveza y nadie dice nada, eh?


Oye, que como siempre, encantado de conocer a esa pareja. Seguro que vosotros también lo estaríais.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Grande!!!

Tener ilusiones, sueños, proyectos..... tener una vida en común con alguien a quien quieres, y que demuestra cada día que te quiere, es algo verdaderamente bonito.

No es una vajilla, se trata de la primera piedra de un enorme castillo que construyes cada día en tu mente. Un castillo cuyos cimientos son el respeto, el amor, la aceptación, el cariño, el apoyo... y porque no también las risas, las vivencias e incluso las lágrimas tras un desencuentro...

Seguro que esa pareja tambíen esta encantada de conocerte!!!

Por cierto, siempre tendras una alcoba con vistas y decorada con las últimas tendencias en nuestro castillo para cuando vengas a visitarnos. ;)

Un beso, grande.

Anónimo dijo...

Ohh... q bonita historia y q bonita la vajilla eh? Quiero una así YA! Las historias de amor me ponen tan empalagosa,gg!
Seguro q esa pareja es encantadora xq para trabajar haciendo bastoncillos hay q ser encantador ;)

Te adoro y después de la entradita más.

Muá

May dijo...

oooh.. what so cute!!! ^^

me encantó la entrada.

mis pequeños inglesitos.. tienen cada ocurrencia.. jeje. son adorables en el fondo, por muy gris que sea su cielo, por mucha ausencia de primavera que tengan.

a veces me gustaría encontrar esa alegría en las cosas, en el día a día, en los pequeños detalles.. seguramente, como me dice Isa, mi propia negatividad me esté impidiendo ver esas pequeñas cosas que valoraría más.. pero qué vamos a hacerle.. soy así.

cuídate, ¿vale?

loving u,

May.

JL dijo...

Jejeje, besotes.