Caca culo pedo pis

Sólo cuando comen. Es justo en el momento en que estamos metiendo un bocado de algo en la boca cuando ellas se acordaban de la última parte del proceso alimenticio, cuando expulsamos. 

A mí me da asco. Mucho asco. No es glamouroso, tampoco creo que sea apropiado, y mucho menos agradable. Por tanto la entrada de hoy la ponéis entre paréntesis grandes. Será la primera vez que hable de ello, y la última. 

Pero es que lo de mi residencia donde vivo no tiene nombre. 

Situación: compartimos dos baños y una ducha 12 personas. Sí hijo sí, se te cae un mito, lo sé. Cuando un baño está ocupado, lo lógico es ir al otro. Pero claro, para darte cuenta que está ocupado uno, tienes que llamar o tratar de girar el pomo. Pestillo cerrado. Nadie contesta. Aquí nadie contesta. Yo tampoco. No quieres reconocer que eres tú el que estás dentro. Es una ley no escrita que se ha creado, y que hablando con la gente te das cuenta que en todos los lugares de esta residencia así se hace. No dices: "Busy!" o "That's me!". Te callas como una perra. 

¿Por qué? Es muy sencillo. Niegas que tu estás dentro. Si algo huele, hay 12 para compartir culpas. Antes de salir del baño, por supuesto, pegas oreja para ver que no hay nadie esperando. 

Os diré una cosa: los razonamientos de "es algo natural", es "algo normal", o justificaciones de "todo el mundo lo hace" no me valen. Yo nunca he oído a Ana Rosa Quintana hablar de ello. Yo he pecado y lo he hecho una vez. Pero juro que será la última. 

Y lo mejor, que sigo encantado de conocerme porque después de este post no he dicho ni en un sólo momento la palabra caca. Ni peo. Ni culo, ni pis.