Pero qué poca vergüenza...(1)

Sí, lo sé, lo último que publico data de algo más de un par de días, y lo siento...pero pienso que hay que tener poca vergüenza para irse y no poner el cartel de cerrado por vacaciones. Y eso que era el periodo en el que más cosas se supone que debería haber escrito, por aquello de quedarme trabajando como una perra en Madrid [lo de perra puede ser literal].

Dicho lo cual, empieza un nuevo curso para mí, y lo haremos recapitulando sobre este verano en los días previos a mi partida hacia Exeter.

Lejos de lo que ha pasado este verano en mi vida, que no han sido pocas cosas, creo que si mañana volviera al trabajo y alguien me preguntara qué tal el verano lo tendría claro: MAL.

- Claro, mal porque has tenido que trabajar en la radio durante horas y horas...no?
- No.
- Ah, entonces mal porque no has visitado lo suficiente a tu familia....no?
- No.
- Mal entonces...por qué?
- Mal por JUDIT MASCÓ. -sí, ella pone judit sin hache.

Por partes. Además de incluirla en mi lista de ODIADAS [recordad, Gemio, Milá...etc.,], esta mujer NO PUEDE PRESENTAR ese POLO-PROGRAMA.

Y os doy varias razones:

- Desfila como el culo: recuerdo un pato mareado que tuve de pequeño que lo hacía mejor.

- Dos: No sabe hablar y que le hablen por el pinganillo.

- Tres: No controla los movimientos de las cejas, utilizándolos para dar paso a cualquier tipo de vídeo, incluída la Publicidad.

- Cuatro: Cuando no utiliza las cejas, hace lo propio con el dedo de su mano, haciendo una suerte de OLA de la playa para que el realizador, -muy tonto, debe pensar ella-, sepa que quiere que entre el vídeo.

- Quinto y último: volver a mirar la foto y decirme si conocéis a alguien que trate de tener una mirada con más profundidad.

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En próximos "Pero qué poca vergüenza" os hablaré de las nuevas adquisiciones que me llevo a mi cartera de amigos. Ah, recordarme lo del taxi y los populares.