En casa hay un espíritu

Sí, eso fue lo que mi madre sentenciaba hace unos días mientras veíamos la televisión. Oye, y tan tranquila se quedó. Claro, que después de hablar de ello, evitó una y cien veces volver a repetir lo que había dicho, casi negándose diciendo que había sido una tontería.

- ¿Cómo crees que hay un espíritu?
- Ay, no sé, niño, déjame...-repetía ella mientras fijaba su mirada en el Doctor House.
- Mamá, que qué es eso de que hay un espíritu...
- Nada, el otro día, que estaba sola viendo la tele cuando de repente me sentí observada y miré hacia la izquierda y no había nadie- admitió ella.

Bien, queridos todos, en mi casa hay un espíritu. Y a mi sólo se me ocurre decir: Y yo con estos pelos.

Llevo unos días viendo la serie "Entre fantasmas", una producción que emite en la actualidad Cuatro y que trata de la vida de una chica (Jennifer Love Hewitt), pues nada, que ve a los muertos. Y claro, lo mejor es que muchos no saben ni que han muerto. Poco a poco, a lo largo de la serie, los fantasmas van "haciéndose fuertes" y la serie va desglosando una de las creencias occidentales más recurrida por los esoteristas (no creyentes): el plano espiritual se queda por aquí, acompañando a los familiares, y con el tiempo, se va hacia la luz.

El final de la primera temporada, y ATENCIÓN SPOILER, tiene algo que ver con Bruce Willis y el niño drogaíto del Sex(t)o Sentido. (qué recurrente, ese paréntesis, estoy en todo)

Y nada, que con eso os recomiendo la serie, algo cíclica en cada capítulo eso sí, y os recuerdo que si os da el puntazo de repente y miráis hacia la izquierda (o derecha, según el caso), recordar que alguien puede estar vigilando. Suto o muete.