Ventajas y desventajas de ser políticamente correcto

Buenos días, tardes o noches.

¿Qué tal todo? Antes de nada, perdonad la tardanza en publicar en mi blog de nuevo, ya llevaba unos días que no escribía porque esperaba poder subir las fotos de mi viaje a Bélgica.

Además, he tenido una semana bastante intensa, haciendo miles de asuntos y sin apenas tiempo ni de mirarme en el espejo...empiezo a pensar que soy yo el que me gusta llevar este tipo de vida, ajetreada, de un sitio a otro, queriendo controlar todo, intentando sacar todo adelante...

Esta semana he estado pensando y redecorando mi vida...como el genial anuncio de Ikea. Me he parado a analizarme entre trasporte de metro y bus, y me he dado cuenta lo políticamente correcto que puedo llegar a ser. Algo horrible, por cierto.

Ya mi amiga Pilar me contó en el viaje lo fácil que le puede resultar la vida o la de tiempo que ahorra siendo totalmente sincero, 100% directa y sobre todo, clara.

Una gran filosofía de vida.

Esta semana he tenido más de uno y más de dos roces con gente de clase precisamente por no ser claro...por no explicar las cosas que realmente tienen importancia...Y creo que ha sido, precisamente por ceder e intentar amoldarme a lo que la gente dispone, por lo que he tenido apasionadas broncas.

Destacaré, porque no me afecta directamente a mí, la apasionante clase que tuve este martes, donde la adrenalina subió como la espuma...y todo, por sacar a relucir los trapos sucios.

No os contaré con pelos y señales el asunto, que es largo y perdería la esencia seguro, pero si os diré que, aunque podría haber sido más, salieron a la luz detalles que llevaban 4 años escondidos...imagináis a una clase, divida en dos, gritando y peleándose a voces (que no llegara a las manos era algo circunstancial) por una práctica en la que los grupos estaban claramente descompensados? Mi papel, políticamente correcto en esta ocasión, fue el de mediador, para que todos acabaran contentos, cosa complicada cuando ambos bandos tienen medianamente definidas sus posturas, claramente opuestas. Papel que, siendo secundario, tomó un claro matiz de bronca cuando se trataba de pisar mi trabajo.

Imagináos, simplemente, que estáis muchas mas horas que el resto de vuestros compañeros haciendo un trabajo, y de repente, en la puesta en común, te tiran un café encima de tu trabajo...esto no pasó, pero la sensación fue la misma. Que hagan su trabajo mal o mediocre, no me importa...que intenten trasformar el mío en mediocre, por ahí no trago...y de mi boca, que me asusté, salieron frasecitas del tipo: "No hija no, guarda tu parte en otro sitio que podemos prescindir de él..." o "mira cariño, si cuando se repartieron la gente en los grupos, tu no viniste...qué coño haces trabajando en mi grupo...primera y última vez, quédate con mi cara..."

Si, realmente me doy miedo..pero la tensión en esta práctica en concreto fue más que excesiva.

Por tanto, y sin ser satírico esta semana, sólo deciros que perdonad, que ando preparando un nuevo viaje, que decidiré horas antes si voy o no...el low cost que me puede...próximo destino, Dinamarca.

Seguro que encuentro gente encantada de conocerse en esa ciudad.